Es muy probable que asistiéramos a la final del futuro, a un partido adelantado a su tiempo, a la representación extrema del poderío físico y táctico, enfrentado, de manera casi simbólica, contra la versión más sublime del juego combinativo. Venció el Real Madrid, el cuerpo y la fe, el sacrificio extenuante, la solidaridad y el deseo, seguramente porque no había otro modo de derrotar a un rival tan formidable como el Barcelona.
Tanto Pinto como Casillas fueron los responsables de que el partido se fuese a la prórroga, ambos estuvieron acertadísimos.
Como dijo el portugués Cristiano Ronaldo, el que marca en la prórroga es el que gana y así un centro milimétrico del argentino Di María fue a la cabeza de CR7 que superó la estirada de Pinto y hacía enloquecer a jugadores y aficionados blancos, la Cibeles ya esperaba a los nuevos campeones.
El colegiado del encuentro Undiano Mallenco con un criterio para sacar tarjetas muy desacertado, sobre todo en la primera mitad, mejoró considerablemente su actuación en la segunda parte y en la prórroga.
Goles: 0-1 min.102: Cristiano Ronaldo.
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